CUADERNO DE BITÁCORA I – TRAVESÍA DE AMEREX POR EL MEDITERRÁNEO

Una de las cosas más satisfactorias de nuestro oficio es tener la oportunidad de visitar diferentes lugares y abandonar “las ataduras” de la ciudad, nosotros lo consideramos como un soplo de aire fresco en medio de la rutina. Por ello, nos gustaría inaugurar esta nueva sección para contaros las vivencias y reflexiones de los viajes Amerex.

¡Por fin hemos vuelto a la zona de Levante! Una de nuestras regiones favoritas cuando exploramos territorio nacional. En este mundo tan en evolución, los procesos de internacionalización y expansión en diferentes sectores dificultan cada vez más que podamos alargar nuestras estancias en lugares que nos enriquecen tanto profesional como personalmente. Desgraciadamente, el tiempo se nos queda corto…

Foto de un faro en el viaje al Mediterráneo

Pero aunque los días sean pocos, siempre es una satisfacción encontrarnos con viejos amigos. Y decimos amigos porque son muchos años creando y consolidando paso a paso con los clientes pequeños lazos, que van creciendo cada día un poco más y que son más fuertes de lo que pudiera parecer.

Poniéndonos un poco menos sentimentales (como dice la canción de Queen, didn’t mean to make you cry), en este viaje de 2 días recorriendo más de 1.200 km, tuvimos la oportunidad de visitar a mucha gente, pero hay visitas que se te quedan en la memoria. Más allá de informar sobre las novedades Amerex, pudimos debatir con un cliente en particular cosas que nos afectan a todos en el sector.

Tanto nosotros como este cliente apostamos claramente por la calidad, pero es interesante el debate que predomina en la sociedad de que cuando uno va a comprar un embutido de calidad al supermercado, tiene que estar preparado para pagar lo que vale. Como hemos mencionado ligeramente también en las previas entradas del blog, la tendencia del consumidor es a la extrema exigencia de calidad de los productos, pero que sean baratos, lo cual es inviable.

Foto en una terracita con vistas al mar, tomando lomo embuchado y agua

Pero no sólo nos hizo partícipes de esta interesante reflexión. Además, pudimos hablar con él sobre temas más cotidianos, personales, que están fuera del área laboral y que forman parte del día a día de nuestras vidas. En particular, y teniendo en cuenta en este caso los daños físicos que nos pueden alcanzar a cualquiera de nosotros, este apreciado cliente a pesar de las dolencias seguía fabricando cada día desde las 5 de la mañana, sin plantearse la opción de un tratamiento por el riesgo a perder días de trabajo.

Todo un ejemplo de constancia, aunque para nosotros, habiendo adquirido tanta confianza con él, también es un foco de inquietud puesto que nuestro deseo de corazón es su pronta recuperación. Así se lo expresamos y le aconsejamos que valorara todas las opciones, y sólo por su agradecimiento y la sensación de formar parte de un círculo de confianza, nos damos por satisfechos.

Dentro de nuestras humildes capacidades, siempre nuestro propósito es ofrecer a nuestros clientes algo más que productos: confianza y asesoramiento.

Estos viajes son muy gratificantes, sobre todo porque es la forma más directa de demostrar que el trabajo realizado ha dado sus frutos, y podemos observar de cerca la satisfacción de los clientes y también… ¡por qué no! Tenemos la oportunidad de disfrutar de tiempo libre y dejamos de lado un poco la rutina.

Nos vemos en el siguiente capítulo.

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